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Fecha: Octubre 10, 2014 -- Autor: Michael Miller

“El Reino de los Cielos es como un rey quien preparó​ un banquete de boda para su hijo...”

Hubo una corriente de alegría zumbando a través de la casa Miqueas el 6 de septiembre, el día de la boda de Pedro. Dos grandes marquesinas fueron puestas en el jardín junto a la casa, y nuestros muchacos ayudaron en la decoracion de las sillas y mesas que fueron puestas en nuestro jardín, frente a la recepción. Los músicos estaban practicando sus piezas musicales y los arreglos de flores apenas habían llegado y estaban siendo fijados cuidadosamente en su lugar. Habíamos limpiado la casa Miqueas de arriba a abajo y parecía estar muy brillante y a la espera de lo que iba a pasar aquí. Nuestros cocineros estaban preparando la comida para 150 personas, y los olores del delicioso banquete de recepción estaban flotando fuera de la cocina y nuestras bocas nos hacian agua por toda nuestra propiedad.

Creo que los muchachos estaban más que entusiasmados con la transformación que estaban viendo en el espejo, sin embargo! Todos ellos tenían cortes de pelo frescos y habían sido vestidos con camisetas nuevas lavanda y de marca, corbatas púrpuras y pantalones negros afilados. Pedro los había escogido para ser sus padrinos de la boda, y querían lucir lo mejor posible para su parte! Ya habían practicado varias veces caminando por el pasillo con las damas de honor en sus brazos (otra cosa emocionante de estar en la boda!) Y estaban esperando con nerviosismo el comienzo de la ceremonia. El pequeño Edward había entregado la caja del anillo, y que estaba haciendo todo lo posible para recordar cuando se suponía que tendria que caminar por el pasillo y a quien tendria que entregar el anillo. Maricela, la novia, fue encerrada en una de las cabinas del personal para vestirse y prepararse, mientras que Pedro, nuestro novio hipercinético, se paseaba de un lugar a otro, asegurándose de que todos los detalles estaban listos.

Mientras los invitados comenzaron a llegar, le pregunté a algunos de nuestros chicos a cuántas bodas habían asistido. Contando la boda de nuestro graduado Olvin Fúnez el pasado Septiembre y a la que estaban a punto de ser participe, pero lo único que había recibido era la misma respuesta: dos. Cada uno de ellos procede de un entorno en el que las bodas y de hecho, matrimonios, son raros-e inexistentes. Si vas a través de la lista de los dieciséis chicos que actualmente viven en la Casa Miqueas, sólo cuatro de ellos han vivido alguna vez con su padre durante un periodo prolongado de tiempo. Muchos de ellos ni siquiera han sentido el olor de sus padres-nisiquiera conocen sus nombres o como se ven. Por la razón que sea, de la pobreza extrema, a la adicción, a los ciclos generacionales de quebrantamiento, nuestros niños han crecido sin una comprensión de lo que verdaderamente significa una familia. Por lo tanto, la idea de una boda es un concepto extraño para la mayoría de ellos.

Pedro, el novio de la boda, nunca tuvo la oportunidad de conocer a su padre. Él nació en circunstancias tan desesperadas que nisiquiera su nacimiento fue reconocido, de ese modo, nos causo mucha dificultad poder obtener una partida de nacimiento el año pasado para que pudiera graduarse como Ingeniero Civil de una universidad local de Tegucigalpa. Debido a que su madre es deficiente mental, Pedro se vio obligado a aprender y a valerse por sí mismo desde el momento en que aprendió a caminar como un niño pequeño. Él terminó en las calles a una edad temprana y aprendió a hacer todo lo necesario para sobrevivir cada día.

Esas lecciones de la vida tan duras a su temprana edad han formado a Pedro al hombre que es hoy en día. En Miqueas, el se convirtió en un estudiante tenaz que desafió a sus compañeros para sobresalir en su trabajo escolar. Mientras estudiaba Ingeniería Civil aquí en Tegucigalpa, aprendió a olvidar su arduo pasado con el fin de pasar algunas de las clases terriblemente difíciles en su programa de estudios (como para tirar la toalla en Cálculos III, alguien ???).

Pedro aprendió otra lección alterna en su vida, mientras vivía en Miqueas: el poder de la gratitud. El utilizaba cualquier ocasión para agradecer a su Padre Celestial por usar al Proyecto Miqueas para cambiar su vida. Hace varios meses, cuando visité la gran torre, donde Pedro estaba trabajando como Ingeniero Supervisor, me presentó a los hombres serios que estaban supervisando todo el proyecto como "mi padre, el hombre que me crió." Él llega a menudo a Miqueas 2.0, alentando (cajoling!) a los más jóvenes a apreciar lo que el Señor les ha dado y utilizarlo para empujar sus vidas hacia adelante con esperanza y fe.

Pedro se caso con Maricela (una muchacha que creció en la comunidad de Villa Linda Miller en una casa que está a unos doscientos metros aproximados de donde la boda se llevaría a cabo!) representado en un estruendo día todos sus deseos, esperanzas y sueños que tenemos para cada uno de nuestros chicos. Mientras John Bell, pastor y mentor de Miqueas, pronunciaba Pedro y Maricela hombre y mujer, Pedro se puso de pie–con su Dios, sus amigos y su familia Miqueas como sus testigos, y dijo a través de sus acciones: "Soy un hombre que ha sido transformado por el inquebrantable, inquebrantable pacto de amor de mi Padre celestial, y yo haré todo lo posible para vivir mi vida como esposo, padre y amigo que ama ese mismo camino”.

Lo que nunca voy a olvidar de la boda de Pedro y Maricela es que intencionalmente hicieron un pacto de amor para poder casarse y para poder mostrar su gran amor por los demás. La boda se llevó a cabo en Miqueas 2.0 e hicieron a los chicos de Miqueas sus padrinos para que pudieran decir: "¿Ves lo que está pasando aquí, Ismael? ¿Entiendes lo que está pasando, Raúl, José y Nelson? Esto es lo que el Señor tiene reservado para USTEDES. Así es como los hombres y mujeres cristianos se hacen fuertes y se llenan de fe.  

Aprende de nosotros”.

Me gustaría tener el tiempo y espacio necesario para poder escribir sobre lo milagroso que había sido el tener DOS bodas en Miqueas el pasado mes de Septiembre! Dos semanas después de que Pedro le puso el anillo en el dedo a Maricela, el graduado, Marvin Soto declaró sus votos a Shannon Klousia en una hermosa boda con vista a las colinas de Missouri. El backgraund que incluyen esta boda es tanto la fidelidad inquebrantable de Dios al igual que la boda de Pedro y de Maricela; Voy a tener que escribir una "segunda parte" de esta carta con el fin de compartir ese grandioso milagro, tambien!

Recordando estas dos bodas celebradas el mes pasado, me recuerda lo mucho que amo el ser parte de la familia Miqueas en 2014. Es un momento tan especial en nuestra historia, porque podemos mirar hacia atrás más de quince años y decir "Recuerdan aquel joven, rebelde, niño perdido que entró en al Proyecto Miqueas en 2002? Ahora es un graduado de la universidad, que acaba de casarse con el amor de su vida, y, lo más importante, que ama a su Señor. "Podemos ver tantos ejemplos de cómo el Señor está formando estos jóvenes en su imagen. Incluso con los chicos que salieron del Proyecto Miqueas antes que su proceso se haya completo, nos han enseñado que los valores que les inculcamos en ellos mientras estuvieron en Miqueas se vuelven profundamente engranados, y mientras sus caminos pueden haber tenido más giros y vueltas que habíamos esperado, muchos de ellos todavía están encontrando un camino a seguir.

Mirando hacia atrás al comienzo y al ver todo lo que el Señor ha realizado en estas vidas también me recuerda a seguir mirando hacia adelante. Hay otra boda en nuestro futuro, una a la cual todos vamos a asistir. En ese día, vamos a unirnos a la gran multitud reunida en el reino de nuestro Señor y vamos a escuchar estas palabras:

« ¡Aleluya«!
La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios,
pues sus juicios son verdaderos y justos:
ha condenado a la famosa prostituta
que con sus adulterios corrompía la tierra;
ha vindicado la sangre de los siervos de Dios derramada por ella.»

Sí, hay otra boda en nuestro futuro, una en la que somos la novia, una en la que el final de la recepción va a durar una eternidad. No creo que vayamos a necesitar un anillo en el dedo como un símbolo del amor verdadero del novio porque vamos a estar bañados por la luz de ese amor en todo momento. Símbolos temporales ya no serán necesarios.

El Proyecto Miqueas hace un largo, largo viaje, con cada uno de nuestros chicos, un viaje que contiene algunas lágrimas y luchas, pero también uno que tiene su parte justa de las celebraciones y triunfos! Cuando paso tiempo con nuestros chicos mas pequeños-Noé, Edward, Ismael, los que han sido retirados recientemente de las calles, oro para que el Señor les conceda muchos momentos de celebracion en sus vidas: graduaciones, bodas, el nacimiento de sus hijos propios. Pero más aún, yo oro que abracen el pacto de amor de su Padre Celestial, y que se pondrán en pie junto a mí en el día que la fiesta de bodas del Cordero comience!

Yo oro para que un día todos podamos estar de pie y con usted en ese día también. Son sus oraciones que abrieron los ojos de cada uno de estos preciosos hijos, su amor por ellos que les ayudó a ver el amor de su Padre Celestial tan claramente. Usted es una gran parte de la razón por la que los chicos siempre serán parte de esa última, boda gloriosa. Si usted hubiera estado en la boda de Pedro, el mismo seguramente se habria puesto a su lado para decirle eso.

Debido a su compromiso con los niños, yo creo que un día, al final de todas las cosas, nosotros (usted y yo) podremos ser capaces de enlazar los brazos con ellos y escuchar, como dice Apocalipsis, las palabras verdaderas de Dios:

"Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero!"

Gracias. En serio. GRACIAS—desde el lugar más profundo en el cual mora el agradecimiento en el corazón humano–por unirse a nosotros en la continuación de invitar a más y más de estos jóvenes a ese día increíble de la boda!