Blog

Enero 10, 2015 -- por Michael Miller

Dios hizo todo hermoso en su momento. Eclesiastés 3:11 

"Mientras escribo esta nota, hecho un vistazo de re-ojo a nuestras cámaras de seguridad.  José Daniel está en la puerta en busca de algo de comida. Le invitamos a que pase adelante, le permitimos darse una ducha para lavar la mugre que carga y le damos una camisa nueva.  Juega video juegos con los otros chicos de Miqueas por un tiempo y un poco de baloncesto. Vamos a preguntarle si quiere quedarse, le preguntamos si se quiere quedar, pero el pone excusas para luego regresar a las calles en uno o dos horas. Cuando regresa a la puerta de la casa, rondea una de las esquinas de la casa en busca de su bote de resistol que lo tenía escondido en un hoyo. 

"Este es el patrón de José Daniel, y es la inquietud actual en mi corazón. José Daniel todavía cree ser un niño de la calle. Se llevará muchas horas y meses de trabajo por los misioneros dedicados y valientes del Proyecto Miqueas para convencerlo de lo contrario. También se tomarán las oraciones de muchas personas para romper las cadenas de la adicción que lo mantienen en las calles. "(" Santo Descontento ", actualización Diciembre 2008)

Este mes de enero, se celebra el 15 aniversario del Proyecto Miqueas. La llegada de esta nueva etapa me ha puesto un poco nostálgico, porque he estado leyendo a través de las actualizaciones y las cartas que hemos enviado desde nuestra fundación en el año 2000. Los párrafos anteriores son de hace seis años, cuando estábamos tratando desesperadamente de convencer a Héctor de doce años de edad, y a José Daniel de trece años de edad para que pudieran dejar las calles y se unieran al Proyecto Miqueas. Estos dos niños de la calle eran muy similares en muchos sentidos: como habían vivido prácticamente toda su vida en las calles, ellos compartían un espíritu dulce y una sonrisa sencilla que se podía ver su condición degradada.

Esas similitudes comenzaron a desaparecer en octubre de 2008, cuando Héctor apareció una vez más en nuestra puerta, esta vez sin José Daniel. Era una noche fría, y, cuando le invitamos a pasar, le prestamos un abrigo viejo, era tan grande que llegaba hasta las rodillas. Después de un rato, el dio una vuelta por mi oficina y me susurró al oído: "Michael, puedo vivir aquí para siempre?" El no tenía ni idea de cuántas personas estaban orando para que él tomara esa decisión!  Ese fue el primer día en la vida de Héctor como un chico de Miqueas.

Héctor tuvo varios altibajos en sus primeros años en Miqueas, escapando de nuestra antigua casa varias veces y regresando a las calles durante días. Pero él seguía volviendo, y fue capaz de luchar contra su adicción al punto de conquistarlo. Él comenzó la escuela con nosotros en 2009 en el primer grado; El se graduo en el Proyecto Miqueas hasta el noveno Noveno grado, ahora estudia en uno colegio privado de Tegucigalpa.  Héctor es uno de los tipos más antiguos que viven en la Casa Miqueas. Es un líder, y las generaciones más nuevas de chicos miran a él como un modelo a seguir y confiar. Todavía tiene ese mismo espíritu afable y dulce sonrisa, pero esas cualidades están ancladas por encima de una fe de Aquel quien lo salvó

En enero de 2015, sin embargo, José Daniel sigue en las calles, adicto al resistol amarillo., Pero aun conserva el mismo espíritu dulce que siempre había tenido, pero sus ojos tienen una mirada vacía y perdida en todo , y sus palabras siempre fueron entendibles a pesar por haber vivido toda su infancia en las calles.

Dos jóvenes con muchas senilidades, pero que viven en diferentes mundos.

La gente a menudo me preguntan cuál es la lección más importante que he aprendido a través del ministerio del Proyecto Miqueas a lo largo de estos últimos quince años. Eso se puede resumir en tres palabras: Dios nunca falla (God never fails). En una actualización que publicamos en 2007 llamada "Un Lema que cobra Vida," Traté hechar eso fuera: "Sin embargo, si hay una cosa que hemos aprendido a lo largo de los años de funcionamiento del Proyecto Miqueas en Honduras, es que en los humanos no hay tal cosa como la decadencia irreversible. La imagen de Dios puede ser teñida, abusada, olvidada y sellada por la perdida de memoria de las drogas, pero la obra del Maestro Creador nunca puede ser completamente destruida. "

Junto a este hecho asombroso, sin embargo, es la realización que el camino de la sanación es rara vez una línea recta hacia arriba. Según el psicólogo y autor cristiano Dan Allender, "el camino de la sanación no es un paseo en el parque. Es una vida sin ruido, el viaje a corazón revelador que nos lleva a través de peligro, daño, dolor de corazón, y en última instancia a la nueva confianza, profunda esperanza y... el amor." En otras palabras, como nuestros jóvenes luchan por llegar a tener confianza, llenar completamente el propósito de Dios, el proceso de despojarse de la vida vieja y empezar de nuevo puede ser doloroso, feo y lleno de trampas ocultas.

No es raro que alguno de nuestros chicos se de por vencido por algún tiempo. Especialmente cuando cumplen 19 o 20 años y comienzan a ver las tragedias de su pasado y a través sus ojos como adulto, pueden pasar por un momento de desesperación y confusión. Jerson (pronunciado HAIR-son) era uno de esos casos. Se unió a Miqueas en agosto de 2003 y se mantuvo muy bien en sus primeros años, yendo a la escuela y escribiendo y grabando canciones cristianas con los otros jóvenes del proyecto. Mientras se preparaba para graduarse de la escuela secundaria a finales de 2007, sin embargo, su adicción pasada comenzó a incomodarlo de nuevo, y finalmente lo sacó fuera del Proyecto Miqueas. Le ayudamos a rehabilitarse en un centro de rehabilitación de drogas cristiano un par de veces, pero las lecciones que aprendia en ese lugar, nunca parecían durar más que unas pocas semanas después de haber sido puesto en libertad.

En agosto de 2009, escribí estas palabras en un correo electrónico a un amigo que había estado orando por Jerson: "Quería hacerle saber que Jerson volvió al centro de rehabilitación hoy. Había llegado los mas bajo que alguien puede llegar... Lo habían despedido de su trabajo como conserje y era realmente - un regreso dificil en el tiempo al mundo de las drogas. Él parecía horripilante, demacrado, con los ojos hundidos... "Por un tiempo, parecía que Jerson pasaría el resto de su vida sumido en la adicción y la desgracia.

Jerson catches up with John, Becca and Nico Bell.

Pero recordamos una vez más: Dios nunca falla. La transformación que se inició en Jerson en sus años con el Proyecto Miqueas, no lo abandonaron completemante del todo, incluso en los años en el que avanzaba con dificultad por el valle de sombra de muerte. Cerca del final del año 2012, él re-invindicó su vida a Cristo, y comenzó a crecer a pasos agigantados. El año pasado, pasó varios meses planeando una cruzada evangelística en nuestra vecina comunidad de Villa Linda Miller, alineando los altavoces y el canto de varios grupos para un gran evento al aire libre. Poco después de eso, pidió compartir su testimonio con la nueva generación de chicos de Miqueas. Durante más de una hora, compartió historias con nuestros niños acerca de cómo el Señor lo rescató de las profundidades cenagozas - de nuevo una y otra vez, hasta que finalmente dio su vida por completo a su Salvador! Actualmente, Jerson trabaja para el Proyecto Miqueas los fines de semana como guardia de seguridad, y estamos muy orgullosos de él!

Sería fácil para nosotros sólo centrarnos en las historias de éxito obvias que han ocurrido a lo largo de la historia de Miqueas - hay suficientes historias de estas para que nos mantengan constantemente animados! Pero historias como la de Jerson nos recuerda ser personas de esperanza radical.

Hector in 2009 on one of his many relapses back to the streets and yellow glue.

A nunca, nunca darse por vencido en el Dios que nunca falla. Por muy dolorosos que estos momentos puedan ser, cuando un chico que amamos muchísimo retrocede hacia un comportamiento autodestructivo, hemos aprendido a mantenernos en oracion y a esperar en el Señor.

Eclesiastés dice: "Todo lo hizo hermoso en su tiempo. También ha puesto eternidad en el corazón humano; sin embargo, nadie puede comprender lo que Dios ha hecho de principio a fin. "Quince años nos han enseñado que el hecho de que los niños no siempre se mueven hacia adelante de acuerdo con nuestro plan y nuestro tiempo no quiere decir que se ha acabado para ellos. No podemos ver el final de sus historias individuales; que el conocimiento es sólo de Dios. Pero debido a que él es un Dios que nunca falla, seguimos orando y animandonos para mantener viva la esperanza a toda costa.

Y eso me lleva de nuevo a José Daniel. La última frase de esta actualización de 2008 "Santo Descontento" dice lo siguiente: "Y, con la misma inquietud esperanzadora de corazón, les haremos saber tan pronto como José Daniel se convierta en el siguiente niño de Miqueas." Eso no sucedió en el año 2009. O en 2010. O en los años siguientes. Oramos y esperamos y esperamos. Otros chicos vinieron de las calles y se convirtieron en los niños Miqueas, pero José Daniel permaneció en el pozo cenagoso. Un hecho triste de la vida aquí en Honduras es que, si un niño cumple 18 años y sigue viviendo en las calles, no hay programas públicos o privados para ayudarles a salir de las calles. José Daniel entra en esa categoría: él ha envejecido y ha salido del camp de ayuda que necesita tan desesperadamente.

Hector and José Daniel pose with Mocha in 2008 and again in 2014.

Eso está a punto de cambiar. En 2014, nuestro ministro Stephen Kusmer comenzó una nueva iniciativa en la antigua Casa Miqueas, que hemos cambiado el nombre de "la Casa Isaías". Este será un lugar para estos jóvenes mayores de la calle para poder empezar la vida de nuevo a través del discipulado, la rehabilitación y la capacitación para el trabajo. Si bien no hemos comenzado el aspecto residencial de la Casa Isaías, sin embargo, Stephen y un grupo de voluntarios increíbles llevan seis o siete jóvenes de la calle varias veces a la semana para pasar la tarde en la casa. Se lee la Biblia en conjunto, tienen algunas lecciones básicas en lectura, escritura y matemáticas, y juegan juntos! Esperamos abrir la fase residencial de este nuevo ministerio en los próximos meses.

José Daniel studies at the Isaiah house on Friday afternoons

Y adivina quién es uno de estos seis o siete jóvenes que se ha mostrado fiel y dedicado en la Casa Isaías por las tardes? Uno de los primeros residentes potenciales de la Casa Isaías en 2015? Nuestro querido José Daniel! Seis largos años de espera han pasado, pero todavía hay esperanza para este joven precioso. ¿Por qué?

Debido a que Dios nunca falla.

En enero de 2000, pocos días después de que abrimos las puertas del Proyecto Miqueas, me senté a escribir por primera vez una actualizacion. Se concluyó con estas palabras: "No hay duda de que Dios tiene un plan especial para cada uno de estos niños ex-de la calle, y es nuestra creencia de que Él usará el Proyecto Miqueas para llevar a cabo este plan" (enero de 2000). Si hubiera tenido alguna idea acerca de lo difícil, doloroso y completamente aterrador que su plan especial puede ser a veces, creo que podría haber tirado la toalla después del primer mes!

Pero Dios hizo todo hermoso en su tiempo. No cambiaríamos cualquiera de estos momentos que hemos compartido con estos chicos. Quince años nos han enseñado que nunca es fácil... no se supone que debe ser fácil! Pero con el paso del tiempo hemos aprendido una y otra vez que Dios sí tiene un plan para cada una de estas vidas, y que...

Dios. Nunca. Falla.

Some of the newest and youngest Micah boys: Edward, Jon, Junior, Noé and Victor

Aun cuando fueran de Héctor, José Daniel, o para uno de los otros 57 chicos que han llamado al Proyecto Miqueas como su casa desde que abrimos nuestras puertas, Dios usa sus oraciones para lograr sus propósitos, en su momento perfecto. Oramos para que, si ha sido una parte del Proyecto Miqueas durante un año o quince años, que también usted pueda ver claramente como Él lo ha utilizado en estas vidas para hacer todo hermoso en su tiempo. Y para los que todavía están por ahí, que siguen sufriendo, todavía errantes: sigue orando! La historia de Dios en sus vida no se ha completado todavía!

Con agradecimiento a todos los que nos han acompañado en este viaje,

Michael Miller